El número de divorcios y de separaciones ha aumentado considerablemente en los últimos años. Según el Centro de Investigaciones Sociológicas de España, el número de divorcios había aumentado un 47% y el de separaciones matrimoniales en más de un 50%. Eso significa que muchos niños (los hijos) estarán ingresando en situaciones para las cuales no están preparados. Y aunque pensemos que es mejor que la pareja se separe de que continúen viviendo situaciones conflictivas de convivencia, indudablemente, una separación afectará a sus hijos. En todo caso, si el niño está viviendo situaciones no idóneas, por ejemplo, de constantes peleas, discusiones, que terminan en maltrato, problemas de alcoholismo o drogas, y que el ejemplo de su padre y/o madre no sea el más adecuado, será más beneficioso para él que sus padres se separen. Esta comprobado que el niño sufre mucho más en situaciones en que los padres son infelices juntos que cuando deciden vivir separados. Los niños quieren sentir que sus padres son felices. Es importante considerar que al tomarse la decisión de separarse que se analice primero la relación con los hijos, los cambios que éstos pueden sufrir, las razones que tendrán que presentar a los hijos, y sobretodo que su decisión no afecte ni comprometa a las necesidades básicas de los niños. El niño continuará necesitando de cariño, de cuidados, de atención, de apoyo, comprensión, etc..
Padres separados y los hijosAunque separados, la pareja ya no es una pareja de matrimonio pero jamás dejará de ser una pareja de padres para sus hijos. No se puede olvidar que los niños tienen derechos y necesidades básicas como la alimentación, el alojamiento, el cuidado cuanto a la salud, la educación, la vestimenta, en resumen, atenciones de todo tipo. Los niños sólo se sentirán seguros si existe un clima de confianza, respeto, y de afecto con sus padres. Considerando estos derechos, los padres deberían ofrecer una educación basada en valores como el optimismo, la responsabilidad y la familia, brindando a sus hijos con una convivencia civilizada, integradora y social, observando el comportamiento de sus hijos y estando a su lado en todas las horas en las que necesiten y no solo durante las establecidas visitas. Todo eso, aparte de las obligaciones económicas para la manutención de todas las necesidades básicas de los niños.
cristina vaquero pereira
viernes, 11 de enero de 2008
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2 comentarios:
Buenas magnum!
El divorcio es cierto que siempre va a suponer un cambio en el niño que sufre la separación de sus padres.
Pero, en determinadas ocasiones cuando el niño ven que sus padres están continuamente peleando al estar bajo un mismo techo, el niño se ve atormentado al no disfrutar de unos padres infelices. En cuanto se separan estos padres, el niño puede comprobar que las disputas entre los padres han bajado y que ya por lo menos no muestran esa hostilidad entre ellos.
Sobre todo estos padres tienen que tener especial cuidado de no mostrarse el uno al otro cuando están delante del niño, esta situación le afecta enormemente.
Y también que no haya diferencias entre el padre o la madre, que ambos sepan darle el amor, los cuidados, la alimentación, que todo niño necesita.
!Qué de temas tenéis por dios! jaja
Daniel Álvarez Hernández
1º Educación Infantil
Eva García ramo
1º Magisterio Infantil
Buenas
me parece muy interesante vuestro artículo
Estoy de acuerdo con Dani en que si una pareja está mal, lo lógico es que se separen para no hacer sufrir a los hijos, pues eso puede acarrear peores consecuencias.
Siempre y cuando el divorcio sea amistoso, claro está
Besos
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